
(Gloria Torner, Gaviota, 1999)
EL ALBATROS
A veces, por divertirse, los hombres de la tripulación
capturan albatros, grandes pájaros del mar,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al barco que se desliza sobre abismos amargos.
Apenas los han situado en cubierta,
esos reyes del éter, torpes y avergonzados,
dejan piadosamente sus grandes alas blancas
como remos colgar de sus flancos.
¡El gran viajero alado, ahora tontón y apático!
¡Él, tan hermoso antes, ahora cómico y feo!
¡Uno irrita su pico con la pipa encendida,
y el otro, renqueando, imita al volador que anda!
El poeta es similar a ese príncipe de las nubes
que ríe de la tempestad y ríe del arquero;
exilado en la tierra entre burdos silbidos
sus alas de gigante le estorban en el suelo.
Autor: Charles Baudelaire
Traducción: Luís Antonio de Villena
Hace algún tiempo di mi palabra de que cuando publicará un poema de Baudelaire o de Rimbaud en este “recull” personal, se lo dedicaría a una persona. Ahora esta persona, alguien que me ha hecho pasar momentos muy gratos leyéndole en su blog, decide partir, no sé si será definitiva o temporalmente; sea como sea, aunque nuestros caminos se separen, él ya siempre tendrá un lugar en mi corazoncito, por eso quiero que mi “hasta luego” vaya acompañado del poema de uno de los autores que él, amablemente, me sugirió.
Va por usted, Calimatias, ha sido un placer leerle… y reflexionar… y aprender… y reír… y llorar… y un placer conocer a Aníbal y al hombre que no tiene nombre. Gracias por todo ello.
¡HASTA LUEGO!