domingo, 29 de junio de 2008

Dientes de flores, cofia de rocío... - Alfonsina Storni

(Giorgio de Chirico, Joven dormida, 1947)



DIENTES DE FLORES, COFIA DE ROCÍO…

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.

Déjame sola; oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.

Autor: Alfonsina Storni

Éste es, por lo que parece, el último poema que Alfonsina Storni escribió antes de suicidarse.

sábado, 28 de junio de 2008

Ofelia - Arthur Rimbaud

(John Everett Millais, Ophelia, 1851-1852)


OFELIA

I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientras ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor...
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II
¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza –son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.

Autor: Arthur Rimbaud

jueves, 26 de junio de 2008

A solas soy alguien - Gabriel Celaya

(Vincent Vang Gogh, La habitación de Vincent en Arles, 1888)

A SOLAS SOY ALGUIEN

A solas soy alguien.
En la calle, nadie.

A solas medito,
siento que me crezco.
Le hablo a Dios. Responde
cóncavo el silencio.
Pero aguanta siempre,
firme frente al hueco,
este su seguro
servidor sin miedo.

A solas soy alguien,
valgo lo que valgo.
En la calle, nadie
vale lo que vale.

En la calle reinan
timbres, truenos, trenes
de anuncios y focos,
de absurdos papeles.
Pasan gabardinas
pasan hombres "ene".
Todos son hombres como uno,
pobres diablos: gente.

En la calle, nadie
vale lo que vale,
pero a solas, todos
resultamos alguien.

A solas existo,
a solas me siento,
a solas parezco
rico de secretos.
En la calle, todos
me hacen más pequeño
y al sumarme a ellos,
la suma da cero.

A solas soy alguien,
valgo lo que valgo.
En la calle, nadie
vale lo que vale.

A solas soy alguien,
entiendo a los otros.
Lo que existe fuera,
dentro de mi doblo.
En la calle, todos
nos sentimos solos,
nos sentimos nadie,
nos sentimos locos.

A solas soy alguien.
En la calle, nadie.
Autor: Gabriel Celaya

miércoles, 18 de junio de 2008

El albatros - Charles Baudelaire

(Gloria Torner, Gaviota, 1999)


EL ALBATROS

A veces, por divertirse, los hombres de la tripulación
capturan albatros, grandes pájaros del mar,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al barco que se desliza sobre abismos amargos.

Apenas los han situado en cubierta,
esos reyes del éter, torpes y avergonzados,
dejan piadosamente sus grandes alas blancas
como remos colgar de sus flancos.

¡El gran viajero alado, ahora tontón y apático!
¡Él, tan hermoso antes, ahora cómico y feo!
¡Uno irrita su pico con la pipa encendida,
y el otro, renqueando, imita al volador que anda!

El poeta es similar a ese príncipe de las nubes
que ríe de la tempestad y ríe del arquero;
exilado en la tierra entre burdos silbidos
sus alas de gigante le estorban en el suelo.

Autor: Charles Baudelaire
Traducción: Luís Antonio de Villena


Hace algún tiempo di mi palabra de que cuando publicará un poema de Baudelaire o de Rimbaud en este “recull” personal, se lo dedicaría a una persona. Ahora esta persona, alguien que me ha hecho pasar momentos muy gratos leyéndole en su blog, decide partir, no sé si será definitiva o temporalmente; sea como sea, aunque nuestros caminos se separen, él ya siempre tendrá un lugar en mi corazoncito, por eso quiero que mi “hasta luego” vaya acompañado del poema de uno de los autores que él, amablemente, me sugirió.

Va por usted, Calimatias, ha sido un placer leerle… y reflexionar… y aprender… y reír… y llorar… y un placer conocer a Aníbal y al hombre que no tiene nombre. Gracias por todo ello.

¡HASTA LUEGO!

lunes, 16 de junio de 2008

De vegades és necessari i forçós... - Salvador Espriu

(René Magritte, On the Threshold of Liberty, 1930)


DE VEGADES ÉS NECESSARI I FORÇÓS...

De vegades és necessari i forçós
que un home mori per un poble,
però mai no ha de morir tot un poble
per un home sol:
recorda sempre això, Sepharad.
Fes que siguin segurs els ponts del diàleg
i mira de compendre i estimar
les raons i les parles diverses dels teus fills.
Que la pluja caigui a poc a poc en els sembrats
i l'aire passi com una estesa mà
suau i molt benigna damunt els amples camps.
Que Sepharad visqui eternament
en l'ordre i en la pau, en el treball,
en la difícil i merescuda
llibretat.

Autor: Salvador Espriu


A VECES ES NECESARIO Y FORZOSO

A veces es necesario y forzoso
que un hombre muera por un pueblo,
pero jamás ha de morir todo un pueblo
por un hombre solo:
recuerda siempre esto, Sepharad.
Haz que sean seguros los puentes del diálogo
y trata de comprender y de estimar
las diversas razones y hablas de tus hijos.
Que la lluvia caiga poco a poco en los sembrados
y el aire pase como una mano extendida,
suave y muy benigna sobre los anchos campos.
Que Sepharad viva eternamente
en el orden y en la paz, en el trabajo,
en la difícil y merecida
libertad.

Traducción: José Agustín Goytisolo

sábado, 14 de junio de 2008

XXI - Alberto Caeiro

(Júlio Pomar, Triple Retrato de Fernando Pessoa, 1982)

XXI

SI YO PUDIERA morder toda la tierra
Y sentirle un sabor,
Sería más feliz por un momento...
Mas yo no siempre quiero ser feliz
Hay que ser de vez en cuando infeliz
Para poder ser natural...

No todos los días son de sol,
Y la lluvia, cuando falta mucho, se ruega.
Por eso tomo la infelicidad no la felicidad
Naturalmente, como quien no se extraña
Que haya montañas y llanuras
Y que haya rocas y yerbas.

Lo que se necesita es ser tranquilo y natural
En la felicidad o la infelicidad,
Sentir como quien mira,
Pensar como quien anda,
Y cuando se va a morir, acordarse de que el día muere,
Y que el poniente es bello y es bella la noche que queda..
Así es y que así sea...


Autor: Alberto Caeiro (Heterónimo de Fernando Pessoa)

viernes, 13 de junio de 2008

Nuevos poetas: YBRIS

(Marc Chagall, Lovers with Flowers, 1927)


LO QUE SOMOS

Después de mucho tiempo lo vamos comprendiendo:
te amé y me amaste cuando eran nuestros cuerpos
dechado de belleza y hablábamos las lenguas
de la entrega, el ardor, la comprensión
y el ansia de las manos mirando hacia lo lejos.
Pero es ahora cuando al fin ya somos
tan sólo lo que somos:
que me huele el aliento y ronco,
que se te notan las bolsas en los ojos
y se te caen las tetas más de lo que creía,
que me dejo la tapa del inodoro arriba
o te dejas mojadas las toallas
antes de que me duche
o me duermo en el acto
(a más de antes del acto o tras el acto)
y a ti te duele siempre la cabeza...
Ahora, cuando somos todo esto
y envidiamos los cuerpos de los héroes
y la altura infinita de los dioses,
es cuando más nos queremos:
cuando el amor discute al tiempo
la gloria de su paso o su derrota.


Autor: YBRIS

jueves, 12 de junio de 2008

No quisiera que lloviera - Cristina Peri Rossi

(Gustave Caillebotte, Paris Street-Rainy Wather, 1877)


NO QUISIERA QUE LLOVIERA

No quisiera que lloviera
te lo juro
que lloviera en esta ciudad
sin ti
y escuchar los ruidos del agua
al bajar
y pensar que allí donde estás viviendo
sin mí
llueve sobre la misma ciudad.
Quizá tengas el cabello mojado
el teléfono a mano
que no usas
para llamarme
para decirme
esta noche te amo
me inundan los recuerdos de ti
discúlpame,
la literatura me mató
pero te le parecías tanto.

Autor: Cristina Peri Rossi
"Diáspora" 1976

martes, 10 de junio de 2008

Tarde en el hospital - Carlos Pezoa Véliz

(Frida Kahlo, Henry Ford Hospital, 1932)




TARDE EN EL HOSPITAL

Sobre el campo el agua mustia
cae fina, grácil, leve;
con el agua cae angustia:
llueve

Y pues solo en amplia pieza,
yazgo en cama, yazgo enfermo,
para espantar la tristeza,
duermo.

Pero el agua ha lloriqueado
junto a mí, cansada, leve;
despierto sobresaltado:
llueve

Entonces, muerto de angustia
ante el panorama inmenso,
mientras cae el agua mustia,
pienso.


Autor: Carlos Pezoa Véliz



domingo, 8 de junio de 2008

El aburrimiento - Rafael Alberti

(Edward Hopper, Domingo, 1926)


EL ABURRIMIENTO

Me aburro.
Me aburro.
Me aburro.
¡Cómo en Roma me aburro!
Más que nunca me aburro.
Estoy muy aburrido.
¡Qué aburrido estoy!
Quiero decir de todas las maneras
lo aburrido que estoy.
Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.

Innegable, señor.
Es indisimulable.
¿Está usted aburrido?
Me parece que está usted aburrido.
Dígame, ¿adónde va tan aburrido?
¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?
No es posible, señor; que vaya a las iglesias
con ese aburrimiento.

¿Que a los museos –dice—siendo tan aburrido?
¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy?
¡Qué aire de aburrimiento!
Lo aburrido que estoy.
Y sin embargo… ¡Oooh!
He pisado una caca…
Acabo de pisar --¡Santo Dios!—una caca…
Dicen que trae suerte el pisar una caca…
Que trae mucha suerte el pisar una caca…
¿Suerte, señores, suerte?
¿La suerte… la… la suerte?
Estoy pegado al suelo.
No puedo caminar.
Ahora sí que ya nunca volveré a caminar.
Me aburro, ay, me aburro.
Más que nunca me aburro.
Muero de aburrimiento.
No hablo más…
Me morí.

Autor: Rafael Albertí

martes, 3 de junio de 2008

Dow Jones: a la baja - Charles Bukowski

(Salvador Dalí, El Banquero, 1971)


DOW JONES: A LA BAJA

¿cómo podemos aguantar?
¿cómo podemos hablar de las rosas
de Verlaine?
esta es una jauría hambrienta
a la que le gusta trabajar y contabilizar,
que se sabe las leyes especiales,
que le gusta sentarse en los parques
a pensar en cosas sin valor
aquí es donde el aire de las gaitas sopla
sobre acantilados de caliza
donde los rostros se vuelven locos como violetas quemadas
por el sol donde las escobas y las sogas y las antorchas fallan,
apretujando sombras...

donde los muros se derrumban “en masse”
mañana los banqueros pondrán el reloj en hora
para cerrar las puertas contra nuestra marea
y perjudicar las aguas;
estrellándose, estrellándose contra el tiempo,
recuerda ahora que
las flores se están abriendo al viento
y al fin y al cabo no importa
excepto por una punzada en la nuca
cuando de vuelta en nuestra ancha tierra
muertos otra vez
caminemos entre los muertos.



Autor: Charles Bukowski

lunes, 2 de junio de 2008

A un olmo seco - Antonio Machado

(Georgia O'Keeffe, Arbol muerto con colina rosa, 1945)


A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Autor: Antonio Machado

domingo, 1 de junio de 2008

Llueve en mi corazón - Paul Verlaine

(José Alfonso Morera Ortiz, Lluvia, 1992)


LLUEVE EN MI CORAZÓN

Llueve nuevamente sobre la ciudad
ARTHUR RIMBAUD

Llueve en mi corazón
como llueve en la ciudad.
¿qué languidez es ésta
que entra en mi corazón?

¡Suave rumor de lluvia
sobre suelo y tejado!
Para un corazón que se aburre.
¡oh el cantar de la lluvia!

Llueve sin razón
en este corazón desanimado.
¿Qué? ¿No ocurrió nada?
No hay razón de estar triste.

¡Es una pena pues
no saber el porqué
sin odio y sin amor,
mi corazón tanto pena!

Autor: Paul Verlaine


Hace poco tiempo pedía por aquí las lluvias para Catalunya, hoy, en cambio, después de tener uno de los meses de mayo más lluviosos de los últimos 100 años, las inundaciones están afectando al País Vasco...