(Josep Albertí, Carrer)
AQUÍ
Mis pasos en esta calle
resuenan en otra calle
donde oigo mis pasos
pasar en esta calle
donde
Sólo es real la niebla.
LA CALLE
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.
Octavio Paz
AQUÍ
Mis pasos en esta calle
resuenan en otra calle
donde oigo mis pasos
pasar en esta calle
donde
Sólo es real la niebla.
LA CALLE
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.
Octavio Paz
1 comentario:
Aquí es un poema muy bello. Hace un tiempo me lo encontré escrito en una de las paredes de Leiden.
http://www.acernuda.com/2013/09/decorar-con-letras-poemas-en-las.html
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